Una campaña publicitaria que ha causado mucha controversia en los medios, entre la población y el rotundo desacuerdo de nuestro actual presidente AMLO. ¿Sin embargo es tan descabellada la idea de los publicistas de AVE?

¿Por qué surge “Quédate en casa, quédate vivo”?

Esta campaña publicitaria es la respuesta del grupo de publicistas de AVE (Alianza para el Valor Estratégico de las Marcas, el antiguo AMAP) ante la fase 3 de la contingencia por el COVID 19 en México. 

Este grupo de expertos afirman que el mensaje de la campaña “Quédate en casa” que se ha venido difundiendo desde la fase 1 ya está desgastado. Además de alegar también que la fase 3 en la que nos encontramos requiere de una comunicación distinta para tener resultados efectivos. Ante lo cual, personalmente concuerdo totalmente. 

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Una campaña cruda, pero no por eso menos real

Esta campaña se ha destacado por ser cruda, hasta cierto punto cruel, pero muy honesta. Y es precisamente ese grado de crueldad y la falta de maquillaje en el lenguaje y los escenarios planteados, lo que ha despertado tantos comentarios, tantas opiniones, tanta inconformidad. Antes de juzgarla, te invito a preguntarte, ¿Es falso lo que promueve? ¿Acaso está comunicando mentiras?

Por lo menos yo no lo creo. Por eso te invito a que veas los mensajes que abarrotarán las zonas de mayor riesgo de contagio, zonas peligrosas o zonas donde la gente no se está quedando en casa en CDMX. 

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Imágenes de la campaña “Quédate en casa, quédate vivo”

Es una realidad que se están comunicando escenarios extremistas de la muerte del sujeto, o de personas queridas y allegadas a él. ¿Pero no es eso lo que nos mueve? ¿No es el miedo uno de los mayores motores del hombre? Creo que está campaña podría ser muy exitosa, precisamente porque apela no solo al miedo, sino también a la culpa. La culpa de haber tenido el poder de hacer las cosas distintas y no haberlas hecho. La combinación de estos dos sentimientos es brutal y creo yo que puede ser capaz de afectar la conducta de más de un lector.

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¿A quién va dirigida la campaña?

Es aquí donde considero pertinente hablar, del público objetivo de esta campaña. No nos confundamos, ni dejemos que nos confunda el gobierno. Esta comunicación no va dirigida a todos aquellos que llevan semanas en casa saliendo lo mínimo, mucho menos a aquellos que por su trabajo forman parte de actividades esenciales que no pueden parar, ni tampoco a aquellos que si no salen a trabajar no comen. 

Va dirigido a todos aquellos mexicanos que por más noticieros, por más conferencias de López-Gatell, por más publicaciones en Facebook con datos alarmantes, a la fecha se siguen riendo de la pandemia. Va dirigida a todos aquellos escépticos o irresponsables, que simplemente no creen que el virus exista o se consideran muy fuertes y capaces de resistirlo, promoviendo reuniones, visitando a familiares, llenando las calles, saliendo a pasear como si fuera un día común y corriente.

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Una verdad dolorosa

La realidad que estos mensajes retratan es innegable. Todos tenemos algún amigo, familiar, ser querido (o incluso nosotros mismos) que por cuestiones de obesidad, diabetes, edad o diversos factores están en situación de riesgo, y no es justo arrastrarlos con nuestra irresponsabilidad. Como siempre he dicho, querer a alguien es cuidarlo. Y esto aplica para los demás, pero también con nosotros mismos. 

En conclusión, considero que mensajes al grano, así de fuertes, es lo que se necesita para que muchos de nosotros logremos entender la situación y actuar diferente. Como bien dicen, lo que te choca te checa, y el hecho de que haya tanta inconformidad se debe a que a más de alguno le quedó el saco. 

Aún es pronto para predecir la efectividad de esta campaña, pero a su tiempo podremos evaluar los resultados y ver qué tanta razón tenían los publicistas del AVE. Mientras tanto, seamos responsables, cuidemos nuestra salud y la de todos aquellos que queremos. Seamos solidarios y pongamos lo que esté de nuestro lado para no saturar el sistema de salud y que haya atención para todos los que la necesiten. 

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Referencias: Forbes, Expansión, La Jornada